¡Cádiz no se despuebla! podría ser el eslogan de la próxima campaña electoral de Teófila Martínez a la alcaldía de la ciudad. Indudablemente sería un buen lema de campaña, un grito de protesta y rechazo frontal contra los pesimistas, que hablan, desde el contubernio socialista-cainista-antigaditano, de la despoblación de Cádiz. Y al eslogan, al grito de ¡Cádiz no se despuebla! se podría añadir una explicación lógica, coherente, en el más puro estilo peperiano: "la información del INE es completamente falsa, salvo algunas cosas", "Cádiz no se despuebla, pierde población en diferido", que son cosas diferentes, y terminar con un contundente "fin de la cita".
Lo que dice Nuestra Señora es la realidad, en diferido, pero la realidad. Cádiz no se despuebla, pierde población, mucha, pero no se despuebla. Si se despoblara no habría, según los envidiosos del INE, 122.990 vecinos, no habría ninguno.
La evidencia de que Cádiz pierde población en diferido, pero no se despuebla se constata si se recuerda que en 1996 había 145.595 habitantes y diecisiete años después hay 23.000 personas menos, pero queda gente, gente mayor y en paro, pero gente, al fin y al cabo.
Y si Cádiz pierde población, ¡qué más da!, estamos más anchos..., aunque los sociatas se quejen, que se quejan por que los que quedan no los votan, no por otra cosa.
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