La remodelación emprendida por Teófila Martínez en su equipo municipal, que afecta fundamentalmente al área de cultura, y de la que se informa con detalle en Diario de Cádiz y en La Voz, está teniendo una lectura rápida en los mentideros locales, donde se destaca, negativamente, que el concejal Varela se haga cargo de Cultura.
Pese a que llama la atención que, para potenciar el desarrollo cultural, se prescinda de Antonio Castillo -¿no lo ha hecho bien?-, a quien cada vez que hay una remodelación se le rebajan funciones, lo importante de la decisión de Teófila no reside en el cambio de nombres en la concejalía de Cultura, si no en otros dos asuntos.
Por una parte, el reforzamiento, evidente desde hace cierto tiempo, de la figura de Juan José Ortiz.
Por otra, y esto es lo importante, en cómo se va a gestionar, a partir de ahora, la cultura. Lo que se refuerza realmente es la Sociedad Cádiz 2012, la empresa municipal creada, unos meses antes, para gestionar el Bicentenario de la Constitución de 1812. Pasado el acontecimiento para el que se creó, no se disolvió, al contrario, se la dota de mayor capacidad de gestión. A partir de ahora, salvo los cuatro espacios de "artes escénicas" que gestionará Castillo, toda la gestión cultural municipal lo hará la Sociedad Cádiz 2012, de manera, y esto es lo más grave, que la cultura se gestionará empresarialmente, lo que traducido resulta, que tiene que ser rentable para las arcas municipales, que tiene que generar beneficios.
Por eso, lo más importante de la remodelación se dice cuando la alcaldesa explica que la intención es mejorar la organización de los equipamientos culturales y
"ponerlos en valor", como se hizo con el Palacio
de Congreso, es decir, "buscando la autofinanciación en la medida de lo posible", de manera que, desde ahora, se cobrará por el uso de las instalaciones municipales. Es decir, a partir de ahora los gaditanos pagarán dos veces el acceso a la cultura de gestión municipal: con su impuestos y con las nuevas tarifas de acceso a los espacios propios de la ciudad, propios, por tanto, de todos los gaditanos. Esto es lo que esconde la remodelación, esto es lo grave.
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