No hay muchas referencias a la existencia de una comunidad
judía en Cádiz, pero hay evidencias de que la hubo.
Cuando Adolfo de Castro refiere la conquista cristiana de
Cádiz por las huestes de Alfonso X, recuerda la primera repoblación de la
ciudad con montañeses –hidalgos y “gente franca”-, para apuntar que en
lo que se podría considerar una segunda oleada repobladora, llegaron a la Bahía
nuevos vasallos del rey, entre los que menciona moros y judíos.
No obstante, parece que, fue a finales del siglo XV cuando un
grupo judío de cierta entidad pudo llegar a Cádiz, seguramente procedentes de
Sevilla y quizás de Córdoba, buscando la protección del marqués de Cádiz.
Como informa Rafael Sánchez Saus, los judíos sevillanos y
cordobeses fueron expulsados de sus casas años antes de la orden general de
1492, concretamente por una orden regia de enero de 1483. Sin embargo, hubo una
prórroga de su estancia en Sevilla hasta mediados de 1484 y en Córdoba hasta
1485. Entre esos años y 1492, los judíos de esas zonas se refugiaron a menudo
en lugares de señorío, entre ellos Cádiz, aunque no se puede saber número, ni
circunstancias de esa presencia que nunca pudo ser numéricamente importante, y,
por supuesto, se vieron afectados por la expulsión de 1492.
Que en Cádiz hubo una pequeña judería lo confirman otras
referencias, entre ellas el callejero. Serafín Pró, en su callejero publicado
en 1933, al describir la calle Jabonería, indica que tiene dos callejones sin
salida a la izquierda, llamados llama Judería y de los Moros, y al hablar del
callejón de la Judería, dice textualmente: “por la vecindad de judíos en época
remota”.
En la actualidad los dos callejones tienen salida a los
nuevos pisos de la plazuela Beni de Cádiz, pero, mientras que el de los Moros
conserva su nombre, Judería se llama ahora Santiago Donday.
Pero todavía quedan huellas judaicas visibles en Cádiz. En
la plaza de San Martín, en la conocida como Casa del Almirante, podemos ver la
representación de una menorá.
La menorá es
el candelabro de siete brazos, elemento fundamental en el ritual religioso del
judaísmo. Los siete brazos de la lámpara de aceite representan los arbustos en
llamas que Moisés vio en el Monte Sinaí. La menorá, posiblemente el símbolo más
antiguo del judaísmo, aparece en el escudo del estado de Israel.
En la calle Suárez de Salazar encontramos la representación
de una januquiá.
La januquiá, que a veces aparece denominada como menorá, es
un candelabro de nueve brazos que se usa en la fiesta de la Jánuca o
Lucernarias (fiesta de las luces), que, durante ocho días, conmemora una
victoria de los judíos sobre los dominadores griegos y la purificación del
Templo de Jerusalén en el siglo II aC. Según la tradición, la liberación del
pueblo judío fue posible gracias a que, milagrosamente, el candelabro se
mantuvo encendido durante ocho días, pese a que no había aceite suficiente. Por
eso la januquiá tiene nueve brazos, uno por cada uno de los ocho días, más el
central, que proporciona la llama y guía a los restantes.
Tanto la menorá, como la januquiá, se colocaron sobre la
puerta principal de acceso al edificio, y se colocaron allí para solicitar la
protección de la divinidad para los habitantes de la casa. Colocar estos símbolos como elemento protector en los dinteles de las
puertas de los judíos, y posteriormente de los cristianos, posiblemente se remonte a la descripción bíblica de la muerte de los primogénitos egipcios, y a cómo se señalaron las casas de los judíos, con ramas de hisopo en el dintel y en las
jambas de las puertas, para indicar su pertenencia al pueblo israelita.
En la calle San Francisco, sobre el dintel de una puerta
encontramos los Leones de Judá.
El León de Judá
es el símbolo de la Tribu de Judá, uno de los hijos de Jacob, que fue quien al
bendecir a su hijo lo calificó como “pequeño león”. De la Tribu de Judá fue
David, rey de Israel, y también Jesús, al que la tradición cristiana denomina
León de Judá.
Las huellas judaicas que hemos señalado en Cádiz, son de gran importancia para la historia y patrimonio de la ciudad, y deben convertirse en objetos de espacial protección histórico-artística.
En Cádiz conservamos los callejones de los moros, los negros y los piratas. Es una pena que falte el de los judíos o calle Judería, pues no sabía de su existencia. Pero ojalá que esto pudiera ser reparado nombrando como Calle Judería a alguna cercana, sin dañar el honor de nadie que haya dado nombre a una calle del Pópulo, como es el caso de Santiago Donday. Mientras tanto, debe conservarse.
ResponderEliminarDe las muestras que se ven en las fotos, sólo conocía los leones de San Francisco, pero los atribuía al escudo de alguna familia noble.
Interesante y útil artículo.
ResponderEliminarSobre la protección que deberían tener, me surgen serias dudas. El giro de la cultura institucional se aparta de estos pormenores. Son más dados al sahumerio y las varillas buscando husillos.
Este diciembre voy de visita a Cadiz y estas fotos me ayudan mucho, lo primero es ir a la Carraca, que el sitio en donde muere el General Francisco de Miranda y por supuesto indagar, buscar y encontrar huellas....bellas tus fotos.
ResponderEliminarMuchas gracias por enseñarnos a conocer nuestro Cádiz
ResponderEliminarQuería saber si antes de la guerra existía en cadiz o sus pueblos más cercano alguna sinagoga. Gracias
EliminarNo tengo certeza, pero creo que no.
ResponderEliminarHay un libro sobre la apertura de sinagogas en Barcelona a finales del XIX, cerradas en el primer franquismo y reabiertas a mediados de los cincuenta por presiones de Estados Unidos.
No conozco nada similar para Cádiz.
Super sorprendida porque siempre quise saber si hubieron judíos en Cádiz, gracias por toda esta informacion
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