El Partido Popular considera que querellarse, como ha hecho Izquierda Unida, contra Luis Bárcenas, Alvaro Lapuerta, Federico Trillo, Rodrigo Rato, Pablo Crespo y Ángel Acebes,
además de contra siete constructores -que presuntamente financiaron ilegalmente al PP-, por el asunto de los, también presuntos, sobresueldos en el Partido Popular, "ofende al pueblo español", es
"populista" y genera "un clima de confrontación". Más información aquí.
Parece increíble, pero viniendo de quienes viene, ya casi no extraña. Lo que sigue sorprendiendo es el cinismo que supone decir que contra quienes IU se querella -todos ellos presuntos implicados en una trama de cobros irregulares, en una corruptela que se está investigando-, representan al pueblo español. Es lo que se deduce de la afirmación de que el pueblo español se ofende por la querella.
No lo creo, más bien al contrario, las informaciones sobre Gurtel, caso Bárcenas o los EREs andaluces, provocan rechazo del pueblo español, que lo que está pidiendo a gritos es que los corruptos paguen, sean del partido que sean.
Así que ya podría el PP abandonar esa actitud victimista, ese disfraz patriotero, dejar de atribuirse el marchamo de garantía de españolidad y asumir responsabilidades. Pero parece difícil que lo haga, pues, como dice el refrán, de casta le viene al galgo: los tics autoritarios y sectarios del PP tienen explicación histórica e ideológica.
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