La sombre de Zapatero es alargada. Y su maldad intrínseca, su retorcida y perversa personalidad más aun. Por eso a un inmigrante no le han concedido la nacionalidad española.
Como cuenta La Voz, le han negado su solicitud a un inmigrante por no saber el nombre de la esposa del expresidente del Gobierno, que, en su afán de perjudicar al mundo mundial, se le ocurrió casarse con una señora llamada Sonsoles. ¡Con lo fácil que hubiera sido casarse con una Pepa o una Mari! Pues no, se casó con una Sonsoles y el inmigrante no lo sabía.
No cuenta la noticia cuántas preguntas le hicieron al inmigrante, pues no parece probable que fueran solo las tres que recoge el periodista, pero, se puede deducir, que el peticionario de la nacionalidad española se supo todas las respuestas menos la que afectaba a Zapatero.
Menos mal que el inmigrante tiene un abogado listo, que se ha percatado, incluso, que "para colmo, el cuestionario se lo hizo una funcionaria", de lo que no se debe deducir que el abogado tenga prejuicios de género, simplemente que piensa que si el cuestionario lo hubiese hecho un funcionario seguramente hubiese sido más sencillo. Quizás, apunto, el abogado debería investigar el interés de la funcionaria en hacer cuestionarios tan difíciles, no vaya a ser que también se llame Sonsoles, o lo que es peor, que sea prima de Zapatero o de su mujer.
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