DESDE hace cierto tiempo se publican notas de prensa, o reportajes,
sobre los edificios dependientes de administraciones públicas que se
encuentran sin uso y, casi siempre, sin perspectivas de que la situación
cambie. Por una razón u otra, edificios como El Olivillo, la Escuela de
Náutica, Valcárcel, el Centro de Salud de la Merced, la Residencia del
Tiempo Libre, la restaurada Estación de Ferrocarril, la Ciudad del Mar,
el Casino Militar o el Colegio Mayor Beato Diego, parecen edificios
fantasmas, sin utilidad, casi en ruinas, convertidos algunos en un
peligro para los transeúntes, pese a que buena parte de ellos están
calificados como edificios singulares, por tanto protegidos por la
legislación de patrimonio, sin que sea posible entender cómo se ha
llegado a esta situación en una ciudad que, por otra parte, se queja de
una carencia permanente de suelo urbano.
Pero, siendo esto llamativo, lo es más conocer que en Cádiz,
solo en el centro histórico, hay más de 130 edificios vacíos, algunos
con graves problemas estructurales de mantenimiento, provocados, hay que
decirlo, por el abandono en el que los mantienen sus propietarios;
otros en perfectas condiciones para ser usados, por misteriosas razones,
siguen cerrados. Y los hay notables, edificios de características
arquitectónicas y ornamentales de bastante valor, como algunos que se
localizan en la plaza de San Juan de Dios, en San Agustín, en la plaza
de Mina, en Argüelles, en la calle Sagasta, en Calderón de la Barca, en
Manuel Rancés…, fincas de lujo de las que los dueños se acuerdan cuando
alguien las ocupa. A ese más de un centenar de fincas vacías, hay que
sumarle, en toda la ciudad, más de dos millares de pisos desocupados y
varios centenares de ocupación temporal.
Y mientras tanto, el precio de la vivienda no baja en Cádiz,
sube. Como el precio del suelo urbano, que sigue siendo uno de los más
altos de España. Si en el año 2011 se estimó el precio medio del suelo
urbano en Cádiz en 234,7 euros por metro cuadrado -el más alto de
Andalucía-, en el 2012, "a pesar de la crisis", ha seguido subiendo
hasta situarse en el tercer trimestre en 302,3 euros. Podría parecer un
misterio, pero no lo es. En la capital del paro, no solo se consiente,
se fomenta, la especulación inmobiliaria por quienes deberían evitarla.
Pero eso de los derechos sociales no está de moda. Es mejor dejar
espacios muertos y que el mercado mande, aunque muchos vecinos malvivan
en infraviviendas.
Publicado en Diario de Cádiz, 16 de marzo de 2013
E incluso, ante la petición reiterada de la ONGD Madre Coraje, el Ayuntamiento contesta por escrito que "no dispone de locales" y la Diputación, ni siquiera contesta.
ResponderEliminarEn los escritos se les señalaban cuatro locales que llevan sin uso muchos años (uno de ellos 17, que se trataba de una cesión en precario...NADA, NO TIENEN.