Páginas
▼
sábado, 23 de febrero de 2013
Taberna La Sorpresa
Dos amigos, Juan Carlos y Jaime, se han hecho cargo de la Taberna La Sorpresa, en la calle Arbolí, que cerró en diciembre pasado por la jubilación de Pepe, su tabernero desde hace más de cincuenta años. La Sorpresa, cuya historia la conoce bien Pepe Monforte, era un lugar clásico de vinosde chiclana con una clientela que, generalmente, variaba poco, taberna tradicional de parroquianos, que se hubiese perdido si no fuera por el espíritu, entre aventurero y romántico, de los nuevos propietarios.
Para la nueva etapa de La Sorpresa Juan Carlos y Jaime han cuidado que el locel mantenga la imagen de una taberna clásica, tradicional: barra alta con cubierta de mármol blanco, que preside una pequeña andana de barriles con vinos de Delgado Zuleta, donde, naturalmente, no faltan buenas manzanillas, amontillado, oloroso, moscatel y Pedro Ximénez. Detrás de los barriles un salón con una de las grandes sorpresas de La Sorpresa, las mesas de mármol de un local clásico del barrio de La Viña, Las Banderas. Y, frente a la barra principal, en un rincón han colocado otro mostrador dónde se pueden vender conservas y los productos que se pueden degustar en la taberna con la copa de vino.
Y es que en la renovada taberna, siguiendo en parte el estilo de los antiguos ultramarinos, despachan salazones y conservas de Barbate y otras empresas de la provincia, jamón, queso... y unas excelentes anchoas de Cantabria, sin desdeñar servir, al mejor estilo tradicional de las tabernas sanluqueñas, un tomate aliñado con aceite de oliva, vinagre de la tierra y sal.
La taberna La Sorpresa, en su nueva etapa, seguirá siendo un lugar al que acudir sin prisas, beber una buena manzanilla y olvidarse por un rato del mundo que nos rodea. Por eso, hay que cuidarla.
Habrá que ir, y si procede, ponderarla.
ResponderEliminarEste sábado, al mediodía, hemos visitado por fín, "La Sorpresa".
ResponderEliminarMucho que escribir sobre ella y su nuevos regisores. Amontillado excelente, salazones de buena calidad, trato amable y unas curiosas lentejas con pringá, que evidentemente NO son de crisis.
Debo ir con el cuadernito y tomar las notas de campo.
Lo ideal sería un día que coincidiéramos con la "cantante", que ha corroborado el nombre del local..... "Sorpresa"
Nos vemos un día e intentamos convencer a la cantante.
ResponderEliminar