Tuvo interés el acto de entrega de los Undécimos Premios Internacionales de Periodismo El Mundo, a los periodistas Gay Talese (premio reporteros) y Emilio Palacios (premio columnistas). Hubo intervenciones de contenido, junto a alguna que otra protocolaria, como es habitual en este tipo de actos.
En primer lugar, y en papel de anfitriona -pese a que el Oratorio de San Felipe Neri, sede del acto, está gestionado por el Consorcio del Bicentenario, y estaba presente su presidente, José Luis Ayllón- la alcaldesa Teófila Martínez tuvo una intervención en su línea de "inventora" del Bicentenario, la Cumbre iberoamericana y todo lo que ha rodeado este 2012; pasada de rosca, en mi opinión, en su gratitud y reconocimiento a Pedro J. Ramírez. Le siguió Antonio Fernández Galiano, Presidente de Unidad Editorial, que desgranó ideas sobre la situación de la prensa en el contexto digital. Y siguieron los premiados.
El periodista cubano Raúl Rivero, que recogió el premio en representación de Emilio Palacio, a la hora de glosar a quien representó, tuvo una intervención breve, pero enjundiosa, sobre la necesidad de libertad, no sólo de prensa, sino de expresión y pensamiento. A continuación se escuchó una grabación con el mensaje de Emilio Palacio, periodista ecuatoriano exiliado en Estados Unidos por su crítica al presidente Rafael Correa que, paradojas de la vida, no pudo viajar a Cádiz por denegarle el visado la administración estadounidense.
Víctor de la Serna presentó a Gay Talese, con palabras donde se mezclaron los recuerdos personales y la admiración por el norteamericano. Muy bien Gay Talese, en una intervención sin papeles por delante, donde recordó su trayectoria por periódicos como The New York Times, y lanzó un alegato sobre la necesidad de respetar, especialmente, a aquellos con quienes no se está de acuerdo, estilo ético ajeno a algún predicador gaditano.
Pedro J. Ramírez, en un discurso muy gestual, recordó a Bartolomé José Gallardo y algunos diputados en las Cortes de Cádiz para hablar de la libertad de opinión y prensa, aunque quizás sobrara exceso de protagonismo y erudición. Y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, en una intervención larga y excesivamente historicista -a estas alturas del Bicentenario cansa ya oir tópicos sobre la Constitución de 1812-, me recordó la intervención de Rajoy el 19 de marzo cuando justificó recortes -reformas según la vicepresidenta- con alusiones a los doceañistas.
En la sesión no faltaron lapsus llamativos y descortesías notables. Entre las ultimas, la posición en la que sentaron a Luciano Alonso, Consejero de Cultura y representante de la Junta de Andalucía en el acto, por detrás del diputado andaluz y presidente del PP gaditano, Antonio Sanz.
Entre los lapsus, los de Teófila Martínez y Soraya Sáenz de Santamaría sobre el Decreto de Libertad de Imprenta, que la primera fechó en octubre de 1810 y la segunda el 18 de noviembre de dicho año. Pero el mejor el de Antonio Fernández Galiano cuando agradeció a la "alcaldesa de Sevilla" la hospitalidad por estar en el Oratorio. Teófila Martínez puso cara de póker y Juan Ignacio Zoido, alcalde sevillano presente en el acto, miró a Javier Arenas sonriendo.
¿Ha estado en Cádiz Gay Talese y yo no me he enterado? ¡Madre mía! Es como cuando vino Alma Guillermoprieto, que me enteré después. En mi descargo tendré que decir que creo que se trataba en los dos casos de actos restringidos. Aunque el otro día estuvo Enric González en la calle Ancha, y me enteré, como otros, por la prensa. En fin. Seguiremos probando.
ResponderEliminarPues sí, el acto y la cena que siguió, eran por invitación, aunque lo anunciaron en prensa.
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