Logré publicar mi primer artículo en Diario de Cádiz en el año 1971, creo que en el mes de abril. Con el
título “Cádiz está de fiesta”, estaba dedicado a exaltar el “carnaval” y tenía
como objetivo participar en el premio Rodríguez de Valcárcel, que ganó
Bartolomé Llompart, obteniendo mi escrito el consuelo de un accésit que, por su
cuantía económica, me hizo feliz durante unos días. El siguiente, de contenido
histórico, apareció en agosto de 1977 y, de manera espaciada, me publicaron
algunos artículos más –de temas históricos o relacionados con el Carnaval-,
hasta que en 1989, junto con Alberto González Troyano, José Antonio Hernández y
Juan Ramón Cirici, y a propuesta de Pepe Joly y Lalia González Santiago,
formamos un grupo de colaboración en las páginas de “cultura” del Diario. Durante unos años, nos reuníamos
semanalmente para dar contenido a las páginas culturales –artículos, reseñas,
noticias…-, para colaborar posteriormente en páginas que se incluían en el
nuevo periódico que el Grupo Joly creó para Sevilla. Entre una cosa y otra,
fueron casi diez años.
Después de una
etapa de colaboraciones esporádicas, a propuesta de José Aguilar en la sección
Tribuna Libre, en septiembre de 2004, y tras una llamada de José Joaquín León,
entonces director del Diario, se
formalizó una colaboración semanal, remunerada. El encargo era escribir sobre
lo que estimara oportuno, aunque con preferencia de temas que afectaran a la
ciudad de Cádiz. Por eso escogí titular mi columna con el nombre de “Calle
Ancha”, en recuerdo y homenaje a "El Redactor General de Cádiz",
periódico que apareció en junio de 1811, y que publicó una sección con dicho
nombre y que tuvo tanto éxito que más tarde la reprodujo "El Conciso".
Muchos años después, el recordado Emilio de la Cruz Hermosilla –que me ayudó a
localizar el primer artículo que José Martí publicó en España-, mantuvo en el Diario, que él dirigía, una columna con
el mismo nombre.
En “Calle Ancha” he
publicado, con entera libertad, más de 380 artículos, hasta abril de 2011,
remunerados. Fue en ese mes cuando la dirección planteó a colaboradores
externos, entre los que yo estoy, que la prensa escrita estaba pasando malos
tiempos y que había que restringir gastos, para evitar males mayores, sobre
todo, para que no afectaran a la plantilla del Diario. Algunos, no todos, decidimos seguir colaborando. Si no me
equivoco, desde entonces he publicado setenta y dos columnas, número que
dividido por tres da como resultado veinticuatro, 24, el número de puestos de
trabajo que peligra en el Diario. Por
eso hoy les dedico esta columna, a ellos y a todos los trabajadores de Diario de Cádiz, con la esperanza de
que, ni en ésta, ni en ninguna otra ocasión, sean los más débiles los que
sufran los efectos de la crisis, pues nunca son los de abajo los que las
provocan.
Siento que no se haya publicado y sobre todo que los lectores de las ediciones en papel (hasta ahora 5 ediciones distintas, que peligran reducirse a una) y de la web no puedan leer una de las mejores columnas que has escrito. Porque está hecha desde el conocimiento pleno que da la experiencia personal, y arroja luz a tus lectores. Espero que muchos puedan pasarse por Calle Ancha.
ResponderEliminarAdemás no se justifica la actitud del Diario cuando he podido ver en facebook que a Fernando Santiago sí le han permitido publicar su más que tardío apoyo a la huelga y a los despedidos.
ResponderEliminarQue alguien trabaje gratis para una empresa no beneficia en nada a los trabajadores de esa empresa. Todo lo contrario. Perjudica a los empleados. Creo que cometió usted un error si pensó que así ayudaba a los trabajadores.
ResponderEliminarAnónimo, el espacio que yo ocupo, habitualmente, los periódocos se lo dan a personas ajenas a la empresa. De hecho, en el Grupo Joly hay muy mediáticos colaboradores, desde hace tiempo, que no han cobrado nunca, y ahí siguen. Pero, quizás tenga Vd. razón y debería haber dejado de escribir cuando dejaron de remunerar mi colaboración. En todo caso lo hice con buena intención.
ResponderEliminarLa reducción de las plantillas no es un remedio para combatir la crisis y ello por varios motivos, primero los capitalistas no dedican las ganancias económicas que dicha reducción produce en propiciar las medidas necesarias para que en un corto futuro volver a crear nuevos puestos de trabajos, segundo no se puede combatir una crisis que no existe y tercero que la reducción de las plantillas y ejemplo claro es este caso del grupo Joly son solo medidas para amedrentar y maltratar a los asalariados ya que la empresa sigue obteniendo pingues beneficios económicos que no hace necesario ningún sacrificio de los trabajadores.
ResponderEliminarEs un honor poder leer un articulo escrito con una acción total de libertad. No se olvide que el diario tiene tendencias camaleónicas; por eso, ha sobrevivido a todos los tipos de gobiernos que hemos tenido en España desde su fundación.
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarUn placer, como siempre, leerte. Abrazo grande.
ResponderEliminarQue curioso, cuando me propongo en este blogs a incluir mi comentario, me encuentro con la sorpresa de la siguiente expresion:
ResponderEliminarEL AUTOR DEL BLOG DEBE APROBAR LOS COMENTARIOS. Joder que curioso, éste blog tiene la misma manía que el DIARIO.
Juan Contreras, hasta este momento he publicado todos los comentarios, pero mi experiencia en otro blog, donde se permiten los insultos, me hizo escoger la opción de leerlos antes de publicar.
ResponderEliminarA quien le parece mal o censura que en un blog deban aprobarse los comentarios, me parece oportuno recordarle que es más honrado dejarlo claro al principio, entendiendo que lo que no se publique será por impresentable, antes que dar la falsa impresión de que todos pueden colaborar, como suele ocurrir en la prensa escrita, cuando la realidad es otra mucho más restrictiva.
ResponderEliminarle llama manía a la razonable medida del autor del blog de leer los comentarios para controlar que no se publiquen insultos o estupideces, vaya descoloque
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