Los bloques -esos cubos de hormigón que en el Campo del Sur y otras zonas de la costa gaditana, sirven de protección a las murallas de las mareas fuertes-, han tenido siempre muchas historias y leyendas detrás. Desde lugar de furtivos encuentros amorosos, hasta posible recurso suicida de quienes amenazaban con "tirarse por los bloques".
Desde siempre espacio vital de numerosos gatos -que con su presencia evitan, en parte, otros bichos más dañinos.
También siguen siendo un lugar frecuentado por los pescadores con caña del país.
Y, lamentablemente, pese a los carteles que indican que está prohibido, pese a las sanciones que se han impuesto, un lugar donde algunos incívicos siguen tirando basuras.
Aprovechemos para decir que durante mucho tiempo -y espero que hace tiempo no se haga- se ha aprovechado para realizar vertidos de aguas insalubres, residuales, mientras campaban por allí pescadores y gatos. Esperemos que no se vuelva a hacer.
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