No sé si por azar, pues lo cierto es que estaba en lista ordenada de lecturas pendientes, pero he leído El sonámbulo de Verdún, la buena novela de Eva Díaz Pérez, un mes después de regresar de un viaje por Praga y Viena.
El relato circular de Eva, las cuatro historias que se van superponiendo, los guiños a Kafka, Canetti, Roth, Zweig y otros escritores, los recorridos por las calles de Viena y Praga, sirven para realizar un nuevo itinerario por ambas ciudades, incluso en algún momento parecía que volvían lugares, rincones, olores y sabores recientes.
Por ejemplo el del sabroso "tafelspitz" que Eva cita en varias ocasiones, un estupendo jarrete guisado y fileteado, del que dicen que era el plato favorito del emperador Francisco José. Lo probamos en el famoso restaurante Filgmuller, donde también comimos un "schnitzel", una espléndida y enorme milanesa que se salía del plato, cuya popularización se atribuye, igualmente, al emperador; y un rico "blunzenstrudel", un hojaldre relleno de morcilla.
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