Pocas veces nos detenemos ante esta lápida, pasa prácticamente desapercibida por que casi siempre vamos con prisa, en coche, o mientras miramos las murallas de San Carlos, o la plaza Argüelles, no nos fijamos en la inscripción que documenta la historia de una manzana de casas, incluso, la historia de un barrio surgido en las últimas décadas del siglo XVIII. Sin embargo, es un testimonio de gran valor para la Memoria histórica de Cádiz.
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