Esta pequeña calle, mejor, este pedacito de calle que une la de San José con la plaza de San Antonio, es otra de las que tienen una placa, lápida o azulejo que explican su historia y el motivo de su nombre.
Hasta 1972 formaba parte de la calle Cánovas de Castillo. Ese año se denominó Presidente Rivadavia al trozo de Cánovas en el que estaba la entrada de la casa donde murió Bernardino Rivadavia, primer presidente de la República Argentina en 1826, que vivió exiliado en España y murió en la casa en la que una placa de bronce le recuerda, que se colocó en 1910, "año del centenario". Allí está ahora el Consulado de Argentina.
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