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lunes, 9 de julio de 2012

Ofertas de telefonía

Lo paso fatal. Un día sí, y otro también, recibo una llamada en la que me ofrecen grandes ventajas de ahorro telefónico, más velocidad en la línea de internet, cuotas de regalo en televisión por cable... Intento ser amable con quienes llaman, sé que se están buscando unos eurillos, que los necesitan. Además, al comienzo de la llamada, siempre son muy correctos, anteponen el don al nombre, comienzan con frases muy educadas, deseándome bienestar y, también siempre, terminan inquiriendo datos que, creo, pertenecen a mi privacidad. A diario los escucho con paciencia, intento decirles -aquí ya comienzan a interrumpirte cuando quieres hablar- que, en un caso, dejé esa compañía por su mal servicio, en otros, que lo que me ofrecen no mejora lo que tengo, que no tengo quejas de la compañía que uso y, en ese momento, la actitud amable comienza a ser agresiva..., y comienzan a preguntarte, a exigirte casi, que les digas de qué compañía eres ususario y qué les pagas, y es el momento, transcurridos ya varios minutos, cuando te obligan a decirles que te dejen en paz.
El que me ha llamado hace un rato me ofrecía un descuento, de su compañía, sobre lo que le pago a la que tengo contratada, que no es la misma y, al preguntarle cómo lo haría, cómo una compañía me iba a hacer un descuento en la factura de otra de la competencia, me ha dicho que eso es cosa suya, que confíe, que le de mis datos..., y, encima, se ha enfadado cuando me he negado.

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