EN las últimas semanas, en medio de la perplejidad que nos provoca
conocer que teníamos un amigo llamado Riesgo, que a su vez tiene una
prima con muy mala leche, comprobar que los brotes verdes que nos
anunciaba haber visto Rodríguez Zapatero solo estaban en su imaginación,
que Rajoy, en quienes la mayoría confiaron para que hiciera realidad
los brotes verdes, en realidad es la reencarnación de Pinocho, que
cuando pensábamos que el euro y el Banco Central Europeo eran eso,
europeos, y no, como se ha podido comprobar, alemanes, en este contexto,
es normal que surjan nuevas leyendas, nuevos mitos que entre todos
queremos desenmascarar mientras tratamos de superar el estupor causado
por el descontrol oficial sobre la crisis, la indignación que nos invade
al saber que la crisis provocada por la doble burbuja inmobiliaria y
financiera, la van a pagar, no quienes la han causado, sino los
trabajadores y de forma espacial los funcionarios, es normal, repito, que surjan esos datos
exagerados y equivocados.
Pero es que, casi siempre, son
comentarios desgraciados de algunos dirigentes políticos los que
provocan la reacción. Por ejemplo, cuando para justificar el denominado
copago sanitario, es decir lo que hay que pagar por cada receta
sanitaria, incluyendo a los pensionistas, José Ignacio Echaniz,
Consejero de Sanidad en Castilla la Mancha, tratando de restarle
importancia, declaró que ocho euros son cuatro cafés, "un café a la
semana, 20 céntimos al día", por lo que, en su opinión, no hay motivo de
queja.
Hay que tener en cuenta que Echaniz es un cargo político
con un sueldo y una serie de contraprestaciones que multiplican por
varios dígitos la pensión media de un jubilado español. Y es entonces
cuando, cabreados, aparecen listas que dicen que un diputado cobra
30.000 euros al mes, lo que no es cierto, aunque tampoco van mal
despachados, sobre todo algunos que sólo los conocen en la sede del
partido cuando van a votar. El sueldo base de un diputado ronda los
3.120 euros mensuales con dos pagas extras. Si forma parte de alguna
comisión, percibe entre 775 y 1.590 más mensualmente, si tiene algún
cargo (portavoz, secretario, etc), el complemento asciende, al menos, a
2.318 euros, pero lo más llamativo es que la labor de diputado, sea cual
sea su remuneración, no es incompatible con algunos trabajos y cargos
fuera del congreso, ni con los sueldos que determinados cargos cobran de
su partido. Además están las compensaciones por viaje (dietas,
kilometraje, gastos de taxi, billetes de avión, tren…), por vivienda,
tanto si es diputado de provincias, como si vive en Madrid…, y otros
beneficios que no entran en la extensión de la columna.
Por eso
quien ha sido diputado y hoy cobra sueldo de Consejero, puede equiparar 8
euros a cuatro cafés, mientras que para un pensionista 8 euros pueden
suponer, en marcas blancas, un kilo de arroz, otro de pasta, sal, harina
de trigo, un litro de leche, un litro de aceite de girasol, azúcar, un
cuarto de tomate triturado, una docena de huevos, 4 yogures, tres
manzanas y una barra de pan.
Publicado en Diario de Cádiz, 28 de julio de 2012.
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