Hace
justamente un año brindábamos en México DF con unos vasos de “Dos siglos”, un
tequila reposado de edición limitada y numerada, embotellado en el año 2010 para
conmemorar el bicentenario de la Independencia de México (1810) y el centenario
de la Revolución Mexicana (1910). Era la iniciativa de quince casas tequileras
unidas para festejar, dice en la contraetiqueta, doscientos años de historia de
México.
Una
iniciativa similar se comenzó a gestar en Jerez en enero de 2011, mediante la
firma de un convenio entre el Consorcio del Bicentenario de la Constitución de
1812 y del Consejo Regulador de las denominaciones de origen
Jerez-Xéres-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez, según
anunciaron, el 21 de dicho mes, los entonces presidentes de ambos organismos
Luis Pizarro y Antonio Fernández, respectivamente. Sea por lo que fuere, la
iniciativa se retrasó, pero al fin los vinos para el Bicentenario de 1812 se
presentaron en sociedad durante una cata desarrollada esta semana en la Escuela
de Hostelería de Cádiz. Con Antonio de María, presidente de HORECA, como
maestro de ceremonias, César Saldaña, Director del Consejo Regulador, dio a
conocer los cinco vinos escogidos para el Bicentenario: fino, manzanilla,
oloroso, cream y Pedro Ximénez, vinos que ya se bebían en el Cádiz de las
Cortes, como podemos comprobar a través de diversas fuentes históricas en las
que encontramos referencias a los vinos “blancos” de Jerez, “de exquisita
calidad y a precios cómodos”, vinos generosos y de postre, “vinos Pedro Ximénez”,
de mayor precio y, sobre todo, manzanilla de Sanlúcar, a la que se le tenía gran
afición en Cádiz, como acreditaron, entre otros, González del Castillo en sus
sainetes o Antonio Alcalá Galiano, al recordar las “cuadrillas de manzanilleros”
que pululaban por las tabernas gaditanas.
Para el Bicentenario se han seleccionado cinco vinos de gran calidad –Fino de Caballero, Manzanilla la Goya de Delgado Zuleta, Oloroso el Cuco de Barbadillo, Cream de Willians Humbert y Pedro Ximénez de Lustau- que pudimos apreciar en una cata de lujo dirigida por los enólogos Manuel Lozano, de las Bodegas Caballero y Lustau, Montse Molina, de Bodegas Barbadillo y Salvador Real, de Bodegas Delgado Zuleta, vinos embotellados y etiquetados especialmente, utilizando, en la etiqueta, la orla que enaltece el nombre de la Constitución de Cádiz en una edición madrileña de 1820 y que reproduce, en la parte inferior, el artículo trece de la Constitución de 1812, que dice “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”. Y felicidad pueden proporcionar estos excelentes y tradicionales vinos para cuya crianza y cuidado es necesario, como dijo Manolo Lozano, llenarse los pies de albero muchos días al año, durante décadas.
Este artículo tenía que haberse publicado en Diario de Cádiz el 16 de junio de 2012, pero por motivos que desconozco no ha sido así.
Para corregir el error, aparece hoy, 17 de junio.
Gracias por la información. ¿Esos vinos están a la venta? Querría saber como conseguirlos y los precios aproximados del lote o las unidades sueltas. Gracias.
ResponderEliminarCreo que no se pondrán a la venta, estarán en los eventos esenciales del Bicentenario, sobre todo en la Cumbre Iberoamericana.
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