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sábado, 30 de junio de 2012

1808-1814, mujeres en lucha

Si se ha recurrido a ejemplos excepcionales de mujeres heroicas en la lucha contra el francés durante la Guerra de la Independencia, también se ha olvidado que las Cortes y la Constitución de Cádiz marginaron a la mujer, hasta el extremo de no dejarlas, siquiera, asistir a las sesiones de Cortes como espectadoras. Sin embargo, la mujer tuvo, en la transición del siglo XVIII al XIX, y más concretamente, durante la revolución que se vivió en la Monarquía Hispánica a principios del siglo decimonónico, un papel que no se puede olvidar, ni dejar de lado, y buen ejemplo de ello es la publicística, los papeles públicos, de los que son autoras mujeres que querían colaborar, influir, en la formación de la opinión pública.

La necesidad de esta formación tenía que combatir el hecho de que la mayor parte de los españoles eran analfabetos, en porcentajes que superaban al 80% en el caso de los hombres y el 90% en el de las mujeres. Además, entre el público lector había una enorme ignorancia sobre cuestiones políticas, de aquí que escritores como Manuel José Quintana y los colaboradores del Semanario Patriótico insistieran, desde los inicios de su publicación en septiembre de 1808, en la necesidad de formar e informar a la opinión pública. Por eso publicaron noticias y reseñas sobre "papeles literarios" editados en otros lugares, como dedicaron una parte fundamental del periódico a temas relacionados con la política, a lo que pronto denominaron "Historia de la Revolución Española", o a los conceptos claves sobre los que se debían sustentar las reformas políticas. Esta fe en la opinión pública como modo de progreso, de lucha contra Napoleón y límite contra los abusos de poder, no era compartido por todos y así desde muy pronto los sectores contrarios a las reformas -entre los que destacaron la Iglesia y los grupos privilegiados- intentaron, primero, evitar el derecho a la libertad de imprenta y, luego, contrarrestar el efecto de los papeles reformistas. En este contexto, y frente a discursos hegemónicos, surgieron voces femeninas apasionadas que defendieron el derecho a la libertad de expresión, algunas de ellas antes, incluso, a 1808, escritoras entre las que cabe recordar a Josefa Amar y Borbón, Josefa Jovellanos, Gertrudis de Hore, Inés Joyes y Blake, Rita Caveda, María Rosa Gálvez o María del Carmen Silva.

Conocer qué dijeron, qué posiciones tomaron, cómo vivieron las mujeres el proceso revolucionario desarrollado entre 1808 y 1814, es el propósito esencial del seminario "Entre el cañón y la tribuna. Españolas y americanas en las revoluciones liberales", que la próxima semana se desarrollará en los Cursos de Verano de la UCA. Y es que, más allá de heroínas y figuras emblemáticas, es muy poco lo que se sabe sobre las mujeres en la época, mientras que estudios recientes han demostrado de manera elocuente, no sólo la presencia de las mujeres durante estos convulsos años, tanto en América como en España, sino también los compromisos que asumieron muchas mujeres y las maneras en las que expresaron sus opiniones.

Publicado en Diario de Cádiz, 30 de junio de 2012

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