Ante tantas descalificaciones como están sufriendo los andaluces tras las últimas elecciones autonómicas, me siento más andaluz que nunca.
Es lamentable leer lo que algunos comentaristas andaluces -incluyendo algún compañero de Diario de Cádiz que calificó el 25 de marzo como "vómito de las urnas"-, han escrito para justificar que Javier Arenas y el PP no han conseguido la victoria que las encuestas presagiaban, para explicar que no han logrado la cantada mayoría absoluta de la que tan soberbiamente presumían. Les ha faltado luz y humildad para analizar los resultados y concluir lo que, les guste o no, es un fracaso de Arenas, del PP y de ellos mismos, que tan felices se las prometían.
José María Izquierdo ha publicado en El País una antología comentada de descalificaciones y disparates de la derechona recalcitrante y mediática, que merece la pena leer para saber dónde está cada uno.
El resultado de unas elecciones nos puede agradar más o menos a las personas normales, esas que sabemos que ningún partido político español va a resolver por sí solo una crisis económica internacional porque España no es, para quien no lo sepa todavía, una potencia industrial ni económica.
ResponderEliminarPero parece que ciertos sectores creen que la democracia solo vale cuando ganan sus preferidos, igual que los árbitros solo caen bien cuando pita faltas del otro equipo.
Ya se veían venir las opiniones de la caverna desde la noche electoral. A mí me interesaría saber, ahora que parece que estamos en una situación "nunca vista" al encontrarse España intervenida por una entidad -varias- supranacionales europeas, si esta situación de crisis política disfrazada de crisis económica nunca se ha producido antes. Uno suele encontrarse sorpresas al escuchar a los historiadores.Veremos.
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