La noticia publicada ayer en Diario de Cádiz de que el Ayuntamiento ha otorgado la licencia para el derribo de las cuarteladas y nichos que aún quedaban pendientes en el antiguo cementerio de Cádiz, como un paso adelante para, tras localizar los restos enterrados en tierra y proceder a su exhumación, convertir el solar en un parque público -parque o jardín del Descanso, dijeron que se llamaría-, me ha recordado que hace años propuse que se mantuvieran en el futuro jardín, como se pueden ver en diferentes ciudades europeas y americanas, los monumentos, estatuas y exornos funerarios que allí existían, construcciones y obras escultóricas de considerable belleza formal y espiritual que, además, son testimonio de buena parte de la historia contemporánea gaditana.
Y recordé entonces que los monumentos funerarios de Pedro Pascual Vela o el alcalde de Cádiz Eduardo Genovés, son obras de Cayetano Santolalla, uno de los más prestigiosos arquitectos de fines del pasado siglo, que realizó en el cementerio monumentos de reconocido y destacado valor artístico.
Las fotos no son buenas, las hice en 1983 y las publiqué en mi libro La burguesía gaditana en la época isabelina, pero pueden servir para justificar mi propuesta.
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