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martes, 8 de noviembre de 2011

Basta con leer las instrucciones

Ya sabíamos que Mariano Rajoy no quiere preguntas de los periodistas, que no habrá ruedas de prensa durante la campaña, ni siquiera un encuentro con la prensa, ni eso que en el argot periodístico llaman canutazos, es decir, pequeños encuentros con periodistas. Nada de nada. Y, como consideran en su propio partido, posiblemente sea una estrategia bien pensada, inteligente, una forma de no arriesgar, de no responder, ni dejar que nadie entre en temas espinsos, peligrosos para el PP. Si, como dicen las encuestas y evidencia el ambiente de la calle, las elecciones están ganadas, ¿para qué arriesgar?
La cosa parece tan evidente, la victoria es tan clara, que, incluso, una mentirijilla se perdona, o mejor se obvia. En el programa "Salvados" Mariano Rajoy afirmó que no es que él no conceda entravistas, es que no se las hacen, ni se las piden. Como bien ha escrito Jesús Ollero, está feo faltar a la verdad. Nada más decirlo docenas de emisoras de radio, periódicos y televisiones recordaron que llevan semanas, meses, esperando que Rajoy les de fecha, que les conceda la entravista solicitada. Pero ya lo dice el refrán, quien mucho habla, puede errar, o lo que es lo mismo, quien poco habla poco yerra. Por eso es mejor no improvisar, por eso es mejor leer y no contestar a las preguntas que te hacen. Como se hace en los mítines y como hizo ayer Rajoy en el debate. El mejor ejemplo, el tercer bloque, el dedicado a las políticas sociales y los valores democráticos, cuando, tras la intervención de Rubalcaba sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, el divorcio, el aborto, la igualdad, la muerte digna..., Mariano Rajoy se limitó a leer, una vez más, su guión escrito que, por cierto, nada tenía que ver con políticas sociales ni valores democráticos.
Lo tenía fácil. En los tres bloques se limitó a recordar -y no sin razón- los cinco millones de parados. No hubo ni una propuesta, ni un apunte sobre cómo piensa arreglar el país, basta con recordar los errores de "Rodríguez Rubalcaba" y el desempleo.

Después, cuando llegue a la presidencia del gobierno, leerá con soltura, como hizo en el debate, las instrucciones de los que verdaderamenta mandan, de los que le mandan. Para gobernar, basta con leer las instrucciones.

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